Pentecostés: Una vida guiada por el Espíritu Santo
- Gisela López
- 21 may 2020
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Por: Gisela López
A los cincuenta días después de la pascua celebramos Pentecostés, la venida del Santo Espíritu. La fiesta de Pentecostés entre los judíos recordaba la alianza del Sinaí; cuando el Espíritu Santo fue enviado a los discípulos de Jesús para confirmar la nueva alianza y guiarlos con su fuerza en el anuncio de Jesús muerto y resucitado. En Hch 2, 1-4 nos dice: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que lleno toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran.

El Espíritu Santo desciende sobre cada uno de los apóstoles, infundiendo en ellos sus siete dones, dándole el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús, a esto hemos sido llamados todos nosotros, a proclamar al Cristo vivo que tenemos, a llevar una palabra de aliento a aquel hermano que lo necesita. El Señor nos ha enviado a preservar la verdad por medio de su palabra, para que demos testimonio de lo que Cristo ha realizado en cada una de nuestras vidas, nos dio el regalo del Espíritu Santo cumpliendo lo que dice su palabra en el evangelio de San Juan 16, 7: Pero es verdad lo que les digo: les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya el protector no vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviárselo.
¿Qué es ser guiado por el Espíritu Santo?
Gálatas 5, 25: Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Se puede decir, de un modo general, que es mantener el hábito de la dependencia del Espíritu Santo en toda nuestra vida: espíritu, alma y cuerpo. El ser guiado por el Espíritu es reconocer que el vive en cada uno de nosotros, reconocer que el ha venido por ti y por mí, dejemos que sea el quien conduzca nuestras vidas.
El Espíritu Santo nos ha sido prometido como nuestro guía personal en el camino de la vida, muchas personas sienten celos de la palabra de Dios, que niegan toda guía directa del Espíritu aparte de la palabra, pero si realmente creemos en la palabra de Dios, nos vemos obligados a aceptar sus afirmaciones claras, de que la presencia personal de Dios es dada al discípulo obediente y humilde para la dirección necesaria en cada paso de nuestras vidas.
Y desde lo más profundo de nuestro ser digamos todos: ¡Padre! Ayúdame a ser guiado por el Espíritu Santo.
Estas son las cosas que Dios nos ha mostrado por medio del Espíritu Santo, pues él es quien lo examina todo, hasta las cosas mas profundas de Dios. ¿Quién entre los hombres puede saber lo que hay en el corazón del hombre, sino solo el espíritu que vive que esta dentro del hombre? Solamente el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios. Cada uno de nosotros no hemos recibido el espíritu que proviene del mundo, sino que hemos recibido el Espíritu que proviene de Dios, para que seamos conscientes y entendamos cada una de las cosas que Dios nos ha regalado en su bondad. Hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Dios nos ha enseñado a lo largo de este caminar, expresamos el amor que Cristo ha tenido con cada uno de nosotros, teniendo como meta ser un reflejo de él para cada uno de nuestros hermanos.
Debemos recordar que es importante ser guiados por el Espíritu Santo de Dios para que seamos luz para los demás, hagamos la siguiente pregunta ¿Qué caracteriza a los verdaderos hijos de Dios? La respuesta la encontramos en el libro de Romanos 8, 14 donde nos dice: Todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios son hijos e hijas de Dios.
Respetando los principios bíblicos y los frutos de la experiencia de hombres y mujeres de Dios, podrás ser guiado por el Espíritu Santo en cada aspecto de tu vida, sean estas grandes decisiones como tu vocación, el matrimonio, o el llamado de Dios al ministerio; o sean pequeñas decisiones de cada día. Reconoce al Espíritu Santo como Presente y habitando en ti, mantén una actitud de obediencia, consúltale constantemente en oración, y déjate guiar por Él.
¨Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos e hijas de Dios¨
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